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Historia
Cuando un Francés piso por primeras vez nuestras tierras, allá por los principios del siglo XX, traía en sus maletas de inmigrante la idea de promoveré interesaren nuestro medio las carreras de trote, fue así que Paúl Maury, que así era su nombre, después de afincarse entre nosotros, intereso a varias cabañas para que adquirieran caballos puros de trote. Paso el tiempo don Antonio Santamarina compro algunos animales “Anglonormandos”, y otro del trote, Don Bernardo Duggan, adquirió algunos “American Trotters”, así de esta manera ya se formaban en nuestro país los primeros planteles de sementales puros de trote, que seria a la postre la base de las actuales producciones de caballos de trote. Así llegamos alrededor del año 1920, que es cuando en los viejos terrenos de la Sportiva se realizaban las primeras competencias de trote, y en la misma época también hicieron su presentación los primeros trotadores en el recordado Hipódromo de San Martín todavía quedan de aquellos pioneros los caballos, como Fred Dillon, Aluminio y una potranca que grabo su nombre con letras de oro en la historia de trote de la época, Aurorita, que para los 1000 mts estampo un registro de 1.15.0, que todavía sigue siendo una marca extraordinaria. De esta forma nacía el trote en nuestro medio; pero, como todo comienzo, el principio fue duro y adverso, que al ser poco conocido el interés del público era escaso como el numero de animales para competir y la poca gente que se especializara para las exigencias del training que se debía desarrollar. Pero si los comienzos fueron duros, Don Paúl Maury fue mas duro, ya que a comienzos del año 1925 se instalo en la ciudad de Rosario y desde allí se organizo nuevas competencias de trote en el Hipódromo Independencia, mientras el Harás San Juan, propiedad de Bernardo Duggan le proveían a Maury extraordinarios ejemplares trotador espara que este los hiciera correr; esto fue aproximadamente hasta el año 1928 en que las carreras comenzaron a caer en el olvido. Pero siempre queda alguna llama de esperanza entre los que amaban este deporte hípico. Fue así que después de un lapso bastante prolongado de tiempo apareció el Dr.: Hernán L. Ayerza, que junto con Florentino Boero, Ricardo Santamarina, Bernardo Duggan y otros entusiastas del trote, fundan la Asociación Argentina de Trote. Este nuevo impulso pareció dar el espaldarazo definitivo que necesitaba y junto a la A.A.T se editaba una revista que resumía todo lo concerniente a la actividad, a la par se realizaban competencias en Buenos Aires y Rosario. En esta última se estableció el Campeonato Argentino de la Milla, donde se reunía la Flor y Nata de nuestro trote, donde el éxito de las pruebas era realzado por los extraordinarios ejemplares que se presentaban. Pero una nueva sombra caía sobre este noble deporte, ya que a fines de 1951, nuestra caballada había sido exportada en su totalidad, y donde Brasil se constituyo en el principal comprador, quedando nuestros Harás desmantelados. Pero nuevamente apareció la figura de Don Paul Maury. Había quedado en las sombras se cernían nuevamente sobre este noble deporte; y nuevamente Don Maury se encarga junto con Pablo Iglesias y Rene de Wine afrontar la preanimación del trote; es así que alrededor del año 1952 estos deportistas agruparon a los demás aficionados y fundan la Asociación Bonaerense de Trote. Estableció la comisión primitiva dar comienza a organizar nuevamente competencias de trote, teniendo como lugar de reunión la finca de Don Rene de Wine, en la localidad de Florencio Varela. Pero estos grandes animadores no se conformaban y se pusieron a trabajar efusivamente para encontrar un lugar apropiado para correr y hacer conocer al publico el deporte del trote: es así que se llega al Hipódromo de Hurlingham, propiedad del Club San Jorge, por intermedio de la escuela de militar de Equitación, y es desde aquí donde el trote recibe el espaldarazo definitivo que necesitaba.
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